¿Crees que San Valentín es cosa de los grandes almacenes? ¿Una americanada más? Sinceramente, era lo que yo pensaba.
Aproximadamente hace un año, me paré a buscar el origen de nuestro Día de los Enamorados. Muy lejos de las búsquedas en enciclopedias que hacía en los 80, hoy en día es tan fácil y rápido aprender sobre temas generales como este. Voy a contarte qué descubrí sobre este día.
Como ocurre con otras muchas fiestas, que perduran en el tiempo, no todos los estudiosos del tema se ponen de acuerdo en sus orígenes. Lo que todos coinciden es que se remonta a muchos siglos atrás.
Hay quien vincula el origen de nuestra tradición a tiempos prerromanos, siglos antes de la cultura Romana. Por lo tanto, esta festividad contiene vestigios desde entonces, pasando por tradiciones cristianas, medievales y de los últimos siglos, que se fueron sumando hasta darle a esta fiesta su actual forma actual.
Leí que durante el primer milenio antes de Cristo, en Roma, se celebraba una fiesta a mediados de febrero para “redimir sus malos actos”. Con el tiempo, esta fiesta fue absorbida por otra que se celebraba entre el 13 y el 15 de febrero, llamada “Lupercadia”. Rendía culto al dios que les protegía de los lobos (muy temidos en aquella época). También servía para alabar a los dos dioses de la fertilidad: él, Faunus y ella, Juno, (ahora entiendo el porqué del nombre de la adolescente de la peli, con ese título). Mediante ritos rocambolescos, los habitantes de las actuales Francia e Italia buscaban obtener purificación, cosechas abundantes, fertilidad y buenos partos.
Como la mayoría de las fiestas paganas, con la llegada del Cristianismo, se le fue cambiando el sentido pero no la fecha. En este caso, empezó a rendirse culto a dos mártires: Valentín de Roma y Valentín de Terni (que aunque fueron dos personas muy distintas, pasaron a ser recordados como un único «San Valentín»). Con el paso del tiempo, la historia de San Valentín empezó a cobrar fuerza, gracias a atribuciones de leyendas y mitos sobre su vida. Una de estas leyendas (que sabemos hoy en día, imposible, porque los protagonistas no fueron coetáneos), narraba que en tiempos del Emperador Claudio II, no estaba permitido unirse en matrimonio a los soldados de su ejército. San Valentín, como acto de rebeldía, y creyendo en el amor, era el único que les casaba en secreto con sus amadas.
Seguimos avanzando en los siglos, damos un salto hasta la Edad Media. En Europa empezó a expenderse una tradición: en febrero, las mujeres jóvenes depositaban en urnas, papeles con sus nombres y, a modo de sorteo eran entregados a los solteros. Así se formaban parejas de manera temporal, que si funcionaban, podían volverse permanentes e incluso llegar a casarse. Esto me recuerda a algunos programas de la tele muy actuales.
Seguimos con el viaje en el tiempo. Conocemos el primer escrito del Día de San Valentín, unido al día de los enamorados, el 14 de febrero. Apareció en el siglo XIV, cuando el escritor Geoffrey Chaucer (siglo XIV), escribió el poema titulado “Parlement of Foules”, donde habla de una tradición ficticia sobre los enamorados: la escritura de cartas de amor. El conocimiento de este libro creó la moda de empezar a escribir y enviar cartas de amor.
Existe la constancia que Enrique V contrató a un escritor para redactar de modo correcto una nota de amor a su esposa. Empezó a ser usual entonces dirigirse en las cartas como: «Mi muy bien amado Valentín». Hacia 1750 ya era muy popular escribir estas cartas en Gran Bretaña. Con la emigración de los ingleses a Estados Unidos, también llegaron sus costumbres, como la de recibir sus postales. Ese fue el germen de las postales de San Valentín de hoy en día que ocupan grandes secciones en las papelerías.
Ver detalles que enamoran, para regalar.
A mí no me gusta comprar por comprar, gastar por gastar, pero sí me gusta sorprender y también que me sorprendan, y para eso no hace falta cifras con muchos ceros a la derecha. Para mí, lo importante, es regalar pensando en a quien va dirigido, sea o no una fecha marcada en rojo en el calendario.
¿Y Tú? ¿Eres de los que regalas en las fechas señaladas en el calendario o de los que te gusta sorprender el día menos esperado?. ¿Te sientes obligado a regalar en esas fechas? o ¿crees que esas fechas ayudan a las personas poco detallistas o que simplemente no les nace hacer regalos?.
Yo por mi parte me encanta regalar a esa persona especial que tienes al lado, o que quizás está lejos, pero que sabes que siempre esta ahí para tí.
Bueno desde aquí, reivindicamos el amor, el Día de los enamorados. Pero enamorados de la vida y sobretodo de todas las personas maravillosas que nos rodean, nuestros padres, hijos, hermanos, etc.
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